El 'smartwatch' se hace redondo para seducir a clientes
El internet de las cosas ya no sólo es una moda. AFP / J. Macdougall
- Samsung, Motorola, LG, Asus y Huawei se diferencian así de Apple
- Según sondeo, 16% de los alemanes planean comprar uno
Fueron las estrellas de la edición 2015 del salón de la electrónica IFA en Berlín
BERLÍN, ALEMANIA (03/SEP/2015).- Los relojes inteligentes, estrellas de la edición 2015 del gran salón de la electrónica IFA de Berlín, optan por una apariencia clásica con una esfera redonda para diferenciarse del modelo de Apple y tratar de seducir a los clientes.
Samsung, Motorola, LG, Asus y Huawei presentarán en el mayor salón electrónico del mundo sus últimos modelos de 'smartwatches', esos relojes que permiten, entre otras cosas, vigilar el pulso cardíaco, recibir notificaciones, leer SMS o ver quién llama al teléfono móvil.
Todos tienen un objetivo: que los relojes conectados encuentren sus clientes más allá de algunos aficionados a la tecnología.
Según un sondeo de la federación alemana de electrónica GFU, el 16% de los alemanes tienen previsto comprar uno de esos relojes de aquí a finales de 2016, unas cifras muy inferiores al 50% de personas encuestadas que aseguran que comprarán un 'smartphone' en el mismo periodo.
"Se necesita tiempo para demostrar el valor de los nuevos objetos conectados. Los primeros relojes inteligentes lanzados hace dos o tres años se centraban, sobre todo, en particularidades técnicas. A menudo faltaba una dimensión de diseño, indispensable para un accesorio como un reloj, y una dimensión de servicio", explica Thomas Husson, analista en la consultora estadounidense Forrester.
Pero, desde entonces, "Apple logró un cambio" al vender el reloj como un objeto de moda, apunta. El Apple Watch, que salió a la venta en abril, debería contribuir a dar el esperado empujón al sector, según las previsiones de varios analistas.
La consultora estadounidense Gartner estima que se venderán 40 millones de "smartwatches" en el mundo en 2015, esto es, ocho veces más que en 2014, mientras que Forrester prevé unos 20 millones de ventas.
Samsung, Motorola, LG, Asus y Huawei presentarán en el mayor salón electrónico del mundo sus últimos modelos de 'smartwatches', esos relojes que permiten, entre otras cosas, vigilar el pulso cardíaco, recibir notificaciones, leer SMS o ver quién llama al teléfono móvil.
Todos tienen un objetivo: que los relojes conectados encuentren sus clientes más allá de algunos aficionados a la tecnología.
Según un sondeo de la federación alemana de electrónica GFU, el 16% de los alemanes tienen previsto comprar uno de esos relojes de aquí a finales de 2016, unas cifras muy inferiores al 50% de personas encuestadas que aseguran que comprarán un 'smartphone' en el mismo periodo.
"Se necesita tiempo para demostrar el valor de los nuevos objetos conectados. Los primeros relojes inteligentes lanzados hace dos o tres años se centraban, sobre todo, en particularidades técnicas. A menudo faltaba una dimensión de diseño, indispensable para un accesorio como un reloj, y una dimensión de servicio", explica Thomas Husson, analista en la consultora estadounidense Forrester.
Pero, desde entonces, "Apple logró un cambio" al vender el reloj como un objeto de moda, apunta. El Apple Watch, que salió a la venta en abril, debería contribuir a dar el esperado empujón al sector, según las previsiones de varios analistas.
La consultora estadounidense Gartner estima que se venderán 40 millones de "smartwatches" en el mundo en 2015, esto es, ocho veces más que en 2014, mientras que Forrester prevé unos 20 millones de ventas.
Diseñan prótesis de mano electromecánica de bajo costo
La prótesis consiste en un conjunto de motores, servomotor, poleas y baterías que accionan automáticamente los dedos. ESPECIAL / openhandproject.org
- La opción fue diseñada para las personas que carecen de mano o brazo así como de recursos
Este proyecto fue creado por un egresado y estudiantes de la UVM Campus Guadalajara Sur
CIUDAD DE MÉXICO (12/MAY/2015).- Ante los elevados costos que puede alcanzar una mano prostética, el diseño de una prótesis de mano electromecánica de bajo costo y libre de patente se traduce en una opción para la población.
El costo general de una mano prostética puede llegar a superar los 100 mil dólares, por ello es importante que sea de bajo costo, ya que hay personas que carecen de mano o brazo, así como de recursos para que les fabriquen una prótesis, señaló el ingeniero Josué Rico Uribe.
La denominada "Dextrus Hand" fue construida por un egresado y estudiantes de la Universidad del Valle de México Campus Guadalajara Sur, y funciona basada en un proyecto de código y diseño libre denominado Open Hand Proyect.
Esta prótesis consiste en un conjunto de motores, servomotor, poleas y baterías que logran accionar automáticamente los movimientos de los dedos, mismos que son útiles para sujetar objetos o hacer gesticulaciones.
Por lo que, abundó en un comunicado, utilizando tecnología de impresión 3D, es posible construir una prótesis electromecánica de mano con un costo de unos mil dólares, planteó.
El siguiente paso con esta prótesis, diseñada para personas mayores de 15 años, "es instalar un sensor mioeléctrico para leer las señales de los músculos, interpretarla y traducirla al movimiento de la prótesis", indicó.
En el proyecto, desarrollado en el Centro de Investigación, Innovación y Desarrollo Tecnológico (CIDETEC-UVM) también participaron los estudiantes Jair Solís Gómez, Ignacio Barragán Torres e Imer Nahum Chávez, de la carrera Ingeniería en Mecatrónica.
El costo general de una mano prostética puede llegar a superar los 100 mil dólares, por ello es importante que sea de bajo costo, ya que hay personas que carecen de mano o brazo, así como de recursos para que les fabriquen una prótesis, señaló el ingeniero Josué Rico Uribe.
La denominada "Dextrus Hand" fue construida por un egresado y estudiantes de la Universidad del Valle de México Campus Guadalajara Sur, y funciona basada en un proyecto de código y diseño libre denominado Open Hand Proyect.
Esta prótesis consiste en un conjunto de motores, servomotor, poleas y baterías que logran accionar automáticamente los movimientos de los dedos, mismos que son útiles para sujetar objetos o hacer gesticulaciones.
Por lo que, abundó en un comunicado, utilizando tecnología de impresión 3D, es posible construir una prótesis electromecánica de mano con un costo de unos mil dólares, planteó.
El siguiente paso con esta prótesis, diseñada para personas mayores de 15 años, "es instalar un sensor mioeléctrico para leer las señales de los músculos, interpretarla y traducirla al movimiento de la prótesis", indicó.
En el proyecto, desarrollado en el Centro de Investigación, Innovación y Desarrollo Tecnológico (CIDETEC-UVM) también participaron los estudiantes Jair Solís Gómez, Ignacio Barragán Torres e Imer Nahum Chávez, de la carrera Ingeniería en Mecatrónica.
Mexicanos se abren a la moda impresa en 3D
El proceso tiene algunos límites como procesos manuales y condiciones de clima. EL INFORMADOR / ARCHIVO
- El proceso permite crear vajillas, lámparas, prótesis, etc
- Luchan por educar al cliente y que no lo vea de baja calidad
Se comercializan productos fabricados de esta forma desde 190 a mil 100 pesos
CIUDAD DE MÉXICO (22/ABR/2015).- No son simples accesorios ni piezas decorativas. Se trata de objetos impresos en tercera dimensión.
Para muchos, poder llevar una corbata de moño o unos aretes materializados a partir de un boceto digital que cobran vida en una impresora similar a un pequeño horno aun despierta incredulidad, pero el diseñador industrial mexicano Raúl González III sabe que el último grito de la moda a veces sólo tiene eco cuando viene acompañado de tecnología.
La gente "lo ve en las noticias, tiene la noción de lo que es: que produces algo rápidamente y muy cool, pero no entienden exactamente cómo funciona", dijo González sobre las impresoras 3D en una entrevista reciente. "Cuando leen o escuchan de la tecnología se maravillan, mas sienten que están lejos de eso, sienten que está sucediendo sólo en el primer mundo".
Desde el 2012, el mexicano ha buscado diluir las barreras de la impresión 3D a través de Morfológica Nacional, que define como "una casa donde se estudia la forma" y en donde ha podido desfogar su creatividad y acercar a la gente al diseño tridimensional al comercializar en internet productos que van desde los 190 pesos (unos 12 dólares) por unos pendientes hasta los mil 100 pesos (71 dólares) por una lámpara.
El director creativo de la firma indicó que no buscan ser una simple casa comercializadora de artículos impresos.
"No queremos que la marca se identifique como una marca que hace impresión 3D, sino que comunique una pasión por la forma", explicó. "Somos una marca mexicana y es diseño originario de México pero no es diseño con tintes mexicanos, sacamos elementos urbanos de México pero no somos una Frida Kahlo en 3D".
Aunque su aplicación comercial es reciente, las primeras impresoras 3D surgieron en los 80 y en la última década que se han vuelto más accesibles. Su aplicación incluye la creación de prótesis.
González III recordó su primer encuentro con una de estas máquinas en 2007, cuando se enfrentó a una impresora "extremadamente torpe" con la que creó una vajilla para personas con alguna afección motriz.
"La tenías que vigilar mientras trabajabas, si no se podía incendiar", recordó entre risas sobre las casi 30 horas que acampó en su universidad para esperar la impresión. "Me apasionó la tecnología porque me permitía tener en horas un objeto que salió de la nada de un modelo tridimensional, tenerlo en físico".
El proceso actual puede tomar desde media hora por una corbata de moño hasta unas cinco horas para una lapicera de un complejo diseño.
Todo comienza con un boceto tradicional que es modelado en 3D y sometido a una prueba de concepto digital donde un programa de computadora simula la impresión y verifica que las superficies se puedan materializar con la aplicación de ácido poliláctico en capas. Una vez aprobado, se pasa a un programa de "rebanado" que le dará a la impresora instrucciones en cuanto a la cantidad de material y la forma en que lo debe de ir vaciando en cada nivel para conformar el objeto, que además es biodegradable.
Aunque calificó imprimir en 3D como "mágico", indicó que el proceso tiene algunos límites que incluyen condiciones de clima, procesos que deben realizarse manualmente y educar al cliente, quien suele relacionar la textura final del objeto (similar a plástico) con algo barato.
"Esa percepción es con la que hemos tenido que luchar un poco", indicó.
Pero las metas de Morfológica Nacional se han solidificado: la casa de diseño será relanzada en octubre gracias a una inversión privada que ha permitido sumar a los diseñadores industriales Gabriela Rueda y Daniel Aquino y al arquitecto Josafat Salas. Esto permitirá adquirir más impresoras 3D y expandir sus accesorios de moda a corbatas, prendedores y collares, además de comenzar a crear piezas de mobiliario.
"Vamos a ser, quizás como un Ikea mexicano", se aventuró González III.
Para muchos, poder llevar una corbata de moño o unos aretes materializados a partir de un boceto digital que cobran vida en una impresora similar a un pequeño horno aun despierta incredulidad, pero el diseñador industrial mexicano Raúl González III sabe que el último grito de la moda a veces sólo tiene eco cuando viene acompañado de tecnología.
La gente "lo ve en las noticias, tiene la noción de lo que es: que produces algo rápidamente y muy cool, pero no entienden exactamente cómo funciona", dijo González sobre las impresoras 3D en una entrevista reciente. "Cuando leen o escuchan de la tecnología se maravillan, mas sienten que están lejos de eso, sienten que está sucediendo sólo en el primer mundo".
Desde el 2012, el mexicano ha buscado diluir las barreras de la impresión 3D a través de Morfológica Nacional, que define como "una casa donde se estudia la forma" y en donde ha podido desfogar su creatividad y acercar a la gente al diseño tridimensional al comercializar en internet productos que van desde los 190 pesos (unos 12 dólares) por unos pendientes hasta los mil 100 pesos (71 dólares) por una lámpara.
El director creativo de la firma indicó que no buscan ser una simple casa comercializadora de artículos impresos.
"No queremos que la marca se identifique como una marca que hace impresión 3D, sino que comunique una pasión por la forma", explicó. "Somos una marca mexicana y es diseño originario de México pero no es diseño con tintes mexicanos, sacamos elementos urbanos de México pero no somos una Frida Kahlo en 3D".
Aunque su aplicación comercial es reciente, las primeras impresoras 3D surgieron en los 80 y en la última década que se han vuelto más accesibles. Su aplicación incluye la creación de prótesis.
González III recordó su primer encuentro con una de estas máquinas en 2007, cuando se enfrentó a una impresora "extremadamente torpe" con la que creó una vajilla para personas con alguna afección motriz.
"La tenías que vigilar mientras trabajabas, si no se podía incendiar", recordó entre risas sobre las casi 30 horas que acampó en su universidad para esperar la impresión. "Me apasionó la tecnología porque me permitía tener en horas un objeto que salió de la nada de un modelo tridimensional, tenerlo en físico".
El proceso actual puede tomar desde media hora por una corbata de moño hasta unas cinco horas para una lapicera de un complejo diseño.
Todo comienza con un boceto tradicional que es modelado en 3D y sometido a una prueba de concepto digital donde un programa de computadora simula la impresión y verifica que las superficies se puedan materializar con la aplicación de ácido poliláctico en capas. Una vez aprobado, se pasa a un programa de "rebanado" que le dará a la impresora instrucciones en cuanto a la cantidad de material y la forma en que lo debe de ir vaciando en cada nivel para conformar el objeto, que además es biodegradable.
Aunque calificó imprimir en 3D como "mágico", indicó que el proceso tiene algunos límites que incluyen condiciones de clima, procesos que deben realizarse manualmente y educar al cliente, quien suele relacionar la textura final del objeto (similar a plástico) con algo barato.
"Esa percepción es con la que hemos tenido que luchar un poco", indicó.
Pero las metas de Morfológica Nacional se han solidificado: la casa de diseño será relanzada en octubre gracias a una inversión privada que ha permitido sumar a los diseñadores industriales Gabriela Rueda y Daniel Aquino y al arquitecto Josafat Salas. Esto permitirá adquirir más impresoras 3D y expandir sus accesorios de moda a corbatas, prendedores y collares, además de comenzar a crear piezas de mobiliario.
"Vamos a ser, quizás como un Ikea mexicano", se aventuró González III.
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